Page 27 - Antenita y la flor de iris negra
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Ese día, Antenita no pudo dejar de pensar en la flor de iris negra que había
visitado el día anterior y más tarde ese día decidió volver donde ella.
— Bienvenida de vuelta pequeñita, dijo la flor.
— Ehhh, hola... —respondió Antenita—. Yo... Ehh... vine a disculparme.
Mi comportamiento no fue correcto y te juzgué sin saber sobre el tipo de
recompensa que nos ofreces. No debí enfadarme contigo, lo siento.
— Está bien, acepto tus disculpas —dijo la flor—.
— ¿Puedo quedarme aquí esta noche? —preguntó Antenita con la voz
entrecortada—.
— Sí, puedes quedarte aquí para pasar la noche, pero antes, me gustaría
que vueles y busques otras flores de iris negras como yo, para que me
traigas el polen que necesito. Todavía tienes algo de tiempo antes de la
puesta del sol.