Page 9 - Cuentos sobre plantas en peligro de extinción: Robo en los Apeninos
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El señor Primula, en silencio, se sumerge,
una vez más, su semblante se entristece.
La Esfinge, ansiosa, le ruega un momento:
“¡Decid algo, no es tiempo de lamento!”.
“Dulce Señora, sois la mejor:
llevando el polen de flor en flor.
Gracias a vosotras nuestras semillas
pueden crecer
Mi dulce néctar como
recompensa podéis beber
¿Qué puedo decir?
estoy tan confundido,
pues me disculpo
y una última cosa os digo...
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